martes, 4 de marzo de 2008


Las dosis admisibles son inadmisibles
Las medidas de contaminación se hacen midien-
do las fibras de amianto por litro de aire.
La propia medición puede ser cuestionable.
Así, por ejemplo, en las mediciones oficiales
realizadas dentro del Palacio de Congresos y
Exposiciones de Madrid se constataba la exis-
tencia de unos niveles de concentración de 23,5
fibras por centímetro cúbico, lo que representa-
ba una proporción 47 veces superior a lo acep-
table por el reglamento de riesgo del amianto.
Pero incluso estos resultados fueron critica-
dos por CC.OO en una nota en la que, entre
otras cosas, afirmaba: "A nuestro juicio, no
sirve de nada, y carece de rigor científico el
informe emitido por el Instituto Nacional de
Seguridad e Higiene, ya que sólo se hizo una
medición de fibras, un método de muestreo
rudimentario. Tendrían que haberse hecho más
de 20 recogidas de muestras, de 8 a 10 horas
diarias, por el método de difracción de rayos X,
cosa que no se ha hecho". (2)
En el caso del amianto se considera que por
debajo de 5 fibras por litro de aire todo va bien,
si hay 5 o más se considera que hay contamina-
ción, y 25 fibras por litro de aire significan que
el edificio debe ser descontaminado.
La concentración media inhalada en una jor-
nada de trabajo debía ser inferior a 2 fibras por
centímetro cúbico según la primera directiva
europea en 1983; luego se rebajó a 1; y ahora se
sitúa entre el 0,2 y 0,6. Así que parece que la
resistencia de los europeos ha ido disminuyendo
con los años.
Aunque se han establecido legalmente dosis
"admisibles", oficialmente, "nadie sabe por
debajo de qué nivel el amianto no es peligroso.
"Todos los productos a base de amianto deberí-
an de ser prohibidos", afirma Jean-Pierre
Grignet, del servicio de Neumología del
Hospital Denain (Nord), que es el más cercano
a la fábrica Eternit de Thiant (fabricante núme-
ro 1 en Francia de fibrocemento).
Estas cantidades son absolutamente impre-
sentables, puesto que el número de fibras de una
sustancia cancerígena debería ser cero para
cualquier persona dotada con un mínimo de sen-
tido común. Todas las dosis aceptables, que
acuerdan los gobiernos y la industria, no sólo en
el caso del amianto, sino de todos los polucio-
nantes, son fijadas arbitrariamente con un cinis-
mo espectacular.
"En España no se ha hecho ningún estudio
que calibre el posible impacto del amianto en la
salud de la población en general, ni siquiera del
estilo del realizado hace unos años en Francia",
que mencionamos anteriormente, como recono-
ce Francisco Vargas, subdirector general de
Salud Ambiental.(2)
La solución a esta situación es pura y simple-
mente prohibir la importación, la producción y
la puesta en venta de productos a base de amian-
to a nivel planetario, además de establecer un
inventario de lugares contaminados y desconta-
minarlos adecuadamente.

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