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El amianto, una sustancia muy empleada en la década de los 70 en la construcción, está prohibida desde hace unos años en toda la Unión Europea. Sus efectos sobre la salud, sin embargo, tardarán mucho en desaparecer. Los médicos prevén de hecho que la exposición al amianto pueda triplicar en los próximos 20 años el número de mesoteliomas o cánceres de pleura en Asturias. Así lo indica Isabel Isidro Montes, jefa de sección del servicio de Neumología Ocupacional del Instituto Nacional de Silicosis.

La doctora Isidro es además la coordinadora este año de la sexta reunión de invierno del Area Clínica de la Sociedad Española de Patología Alérgica y Respiratoria que hoy celebrará un encuentro en el Colegio Oficial de Médicos en Oviedo. Isabel Isidro subraya que Asturias registra, según datos de la Consejería de Salud, cerca de 14 casos de mesoteliomas al año. La cifra, sin embargo, está creciendo. De hecho, teniendo en cuenta que el periodo de latencia de este tipo de cáncer puede llegar hasta los 40 años, la doctora Isidro considera probable que la incidencia de este tipo de tumores pueda triplicarse en los próximos 20 años.

La exposición laboral al amianto puede provocar enfermedades como la abestosis, el mesotelioma o el cáncer de pulmón. Isidro recuerda además que, con exposiciones mínimas en el tiempo, puede ser suficiente para padecer un cáncer de pleura. En el caso del tumor pulmonar, se necesita un contacto más prolongado, de al menos cinco años.

Qué pueden hacer los trabajadores que hayan sufrido exposiciones? La doctora Isidro afirma que el Instituto Nacional de Silicosis y los servicios de medicina del trabajo de las empresas realizan un seguimiento de los profesionales que hayan trabajado con amianto. La primera recomendación es no fumar o dejar el hábito si consumen tabaco. Está comprobado que el riesgo de padecer cáncer se multiplica. Además, es necesario proteger a los empleados de las empresas que se dedican a desamiantar las construcciones que han sufrido deterioros.

La exposición a asbestos o amianto es una de las principales causas de enfermedad respiratoria de origen ocupacional en Asturias. No es la única. La silicosis y neumoconiosis, por las peculiaridades del tejido industrial del Principado, y el asma ocupacional son también muy relevantes. La doctora Isidro, que coordina en Asturias el registro de enfermedades ocupacionales, afirma que sólo entre 2002 y 2004 se han contabilizado en este censo un total de 520 nuevos casos de personas afectadas por patologías respiratorias relacionadas con el ambiente laboral. La reunión de invierno de la sociedad que hoy se celebra en Oviedo servirá para poner en común los últimos avances en el abordaje de estas enfermedades.